Muestran escenarios contrastantes. Una muestra la necedad de pensar que el Señor no volverá pronto; la siguiente, la necedad de la presunción de que vendrá de inmediato; y la tercera, la importancia de ser fiel, sin que medie cuándo vaya a regresar. Pero hay claras similitudes que unen a las tres parábolas. Las tres hablan de lo inevitable de la venida del Señor y el juicio inminente. Las tres nos exhortan a estar listos. Y las tres contrastan la fidelidad y la incredulidad; la prudencia y la necedad;
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